Actualizacion 222.34.45
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¿Qué son los principios contables?
Con esto en mente, puede decirse entonces que los principios contables son toda una serie de normas básicas que deben respetarse para que las cuentas muestren una imagen totalmente fiel al patrimonio, las finanzas y los resultados de la empresa. Ni más, ni menos.Ahora bien, hay que tener en cuenta todo un conjunto de factores de vital importancia a la hora de considerar estos principios…
- Los principios contables están estipulados rigurosamente en la Primera Parte del Plan Contable, cuyo título es ‘Marco Conceptual de Contabilidad’. Otra normativa contable importante está reflejada en el Código de comercio y la restante legislación mercantil. Ahora bien, en todos los casos, estos principios tienen algo en común: son de aplicación obligatoria.
- Los principios contables afectan a la confección de los estados financieros, que son aquellos datos que muestran todo lo que la empresa posee, todo lo que debe, sus gastos e ingresos, sus beneficios y pérdidas a lo largo de los años. Estos estados financieros son indicativos, por ejemplo, del nivel de solvencia de la entidad o de su grado de endeudamiento (en el caso de que exista).
- Los estados financieros son públicos y solo es necesario acceder al Registro Mercantil para consultar las cuentas anuales de una empresa. Estas cuentas que acaban reflejadas en el registro deben haberse realizado siguiendo los principios contables, y de ahí viene su importancia.
Principios contables: ejemplos
¿Las respectivas definiciones de todos estos principios contables no te han dejado los conceptos suficientemente claros? Terminemos de definirlos entonces usando los siguientes ejemplos…
- Devengo. Pongamos, por ejemplo, que una empresa realiza una compra de mercancía por valor de 500 euros en diciembre del año 2020, pero que realmente debe pagarse en marzo del año 2021. Este ejercicio, según el principio de devengo, deberá considerarse en la contabilidad del año 2020 y no en la de 2021.
- Uniformidad. Consideremos un caso en el que una empresa en concreto establece un método específico para calcular el valor de las materias en su almacén. Una vez elegido este método, deberá mantenerse en el tiempo… Pero, de repente, las circunstancias económicas aconsejan cambiar el método de valoración para calcular su valor y, por lo tanto, solo en ese caso es posible cambiar también el método para calcular su valor. Obviamente, será necesario reflejar este cambio en la memoria.
- Prudencia. La misma definición es un ejemplo en sí mismo. Pero pongamos un caso un poco más complejo: ¿cómo debemos reconocer un pago futuro por una reclamación que nos ha efectuado un tercero? Debemos valorar económicamente la contingencia que se produce y reconocer en el ejercicio que se cierra, como gasto, el importe a desembolsar en el futuro, incluyéndolo en el pasivo del balance.
- No compensación. Imagina que un banco le concede un préstamo a una empresa y que, como es obvio, esta debe afrontar el pago periódico de unos intereses. Además, la empresa tiene una cantidad económica a plazo fijo en este mismo banco y, de hecho, recibe ciertos intereses gracias a ello. ¿Puede entonces compensar el gasto de los intereses del préstamo con los ingresos de los intereses del dinero a plazo fijo? Según el principio de no compensación, no. No puede.
Importancia relativa. Si una empresa resulta que tiene un gasto de un importe realmente ínfimo y, de hecho, este gasto no supondrá ningún tipo de incidencia en la imagen fiel de la situación financiera de la misma, ¿puede entonces saltarse alguno de los principios contables establecidos? Sí, puede. Así lo estipula el principio de importancia relativa. - Empresa en funcionamiento. Los principios que rigen una empresa en pleno funcionamiento y una empresa en liquidación no son los mismos. Por lo tanto, pongamos que una empresa deja de estar “en funcionamiento” y entra en proceso de liquidación. ¿Qué ocurre? Que también deberán cambiar los métodos de valoración de sus activos y pasivos.